viernes, 22 de noviembre de 2013

En recuerdo de Amapola

Amapola:

No puedo continuar sin dedicar unas palabras a quien ha sido lo más importante en mi vida. Desde el día que te vi, supe que eras para mí, que estabas destinada a mí, y en ese segundo supe que tenía que hacer todo lo posible por tenerte conmigo.

Estuviste desde el 28 de noviembre del 2010 junto a mí, naciste el 24 de octubre del mismo año, y un idiota te arrancó de mí el 19 de noviembre.

Si te hubiese traído conmigo antes, hubiese evitado este maldito desenlace, voy a tener que aprender a vivir con esto, porque me siento culpable, sé que no fui yo quien pasó por ti, pero olvidé los peligros que existen en el mundo, yo te expuse, yo no te cuidé, y siempre te dije que cuidaría de ti, como tú cuidabas de mí.

Para mí no es fácil avanzar frente a esta pérdida, te echo tanto de menos, te echaba tanto de menos, siempre pensaba en ti, cada día, y cada día añoraba con traerte luego a Viña, pero quería esperar, quería tener todo en orden, tú cajita de arena, un saco de comida y muchos juguetes, eso compraría para ti este lunes, e iba hacer todo lo posible por viajar el viernes a buscarte y traerte, tenía todo planificado, cada detalle preparado… Iba a regalar tus gatitos, y luego te traería junto a mí, te operaría, y te llevaría al veterinario a revisión para evitar que se te inflaran los pechos de nuevo. Estaba cada detalle visto Pola… Y lo peor es que no me pude despedir, estuve el mismo fin de semana cerca… Y no fui, es lo peor… Sentir que yo te abandoné o que podría haber…

Ahora todo se queda en los podría…

Diste tanto por mí, cambiaste tu naturaleza gatuna, todos decían los gatos son traicioneros, aprovechadores, etc… Pero tú eras todo lo contrario, te preocupabas, me ayudabas, estabas ahí incluso cuando llamaba… Siempre me reconociste, incluso cuando me alejé por 6 meses… Estuviste en mi cama siempre que caía enferma, no me dejaste sola nunca, esperabas paciente fuera de mi puerta, a veces olvidaba abrirte y te quedabas ahí, dormías ahí… Te adaptaste cada vez que me cambiaba de casa… Disfrutaste el departamento, por chico que fue, disfrutaste la libertad de la casa, pero sé que no te gustó…

Yo debería haberlo previsto, pero enferma como estoy ahora, lo olvidé, olvidé los malditos peligros de vivir en casa… Tu curiosidad te llevó a la calle, siempre me preguntaré que viste que quisiste salir a mirar hasta la calle, no era propio de ti salir tanto, siempre observabas desde la distancia, desde la seguridad de mi ventana… Pero yo ya no estaba para entrarte, me había ido…

Estuvo en mis planes quedarme con un hijo tuyo, pero lo tuve que descartar por espacio, y porque no me dejaban, no podía tener dos gatitos, ahora tú te fuiste, y puedo tener un hijo tuyo, pero no es lo mismo, nunca lo será, siempre estarás en mi corazón.
Nunca en mi vida había llorado tanto como lo estoy haciendo por ti, y eso me ha hecho plantearme muchas cosas, ahora ya no sé qué hacer con todo.

Fueron 3 años impresionantes, estuviste en las buenas y en las malas.

Siempre te voy a querer Pola, siempre. Y nunca te voy a olvidar.

Te amaré cada segundo, te recordaré cada minuto, estarás en mi corazón por siempre.
Llévame por un instante junto a ti, déjame vivir tus últimos segundos por ti.
Recordaré cada momento, estarás en mi corazón cada segundo.
No olvidaré, recordaré siempre.
Cada vez que dude, estarás ahí para impulsarme en el camino correcto.
Y estarás siempre, siempre en mi memoria, en mi corazón, no dejaré de creer en ti.
Sé que me cuidarás, sé que cuidarás de mí, sé que desde lejos estarás siempre para mí.
Y en mis sueños estarás, en mis sueños me mostrarás que todo es posible.
No olvidaré, siempre recordaré.
Te encontraré junto a Morfeo, te llevaré flores y recuerdos, dejaré besos por toda tu frente, te haré ronronear, recordarás, y te reirás, reiremos juntas.
No olvidar, siempre recordaré, siempre te querré, siempre te amaré.
Y aunque estés lejos de mí, y solo te pueda ver en mis sueños, nada cambiará, siempre estarás en mi corazón.


Me dirán enloqueciste, estás loca, eres una tonta, una ilusa, pero te prometo que siempre te recordaré y siempre te amaré, nunca me rendiré, siempre seguiré mis sueños.

Nunca me rendiré, tú me enseñaste lo que es tener convicción y creer en los sueños, ahora entiendo cada acción tuya, y cada día entenderé más.


Te prometí la última vez que estaríamos juntas luego, ahora debo romper esa promesa y decirte que nos veremos en varios años más, pero que cuidaré a tu hija lo mejor que pueda, tal como haría su madre, o mejor quizás…. Aunque te veías más preocupada por estos gatubis.



Mary
































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Nada, nunca será como antes. Cada cosa, cada sensación, empezó ahí.