Los enamorados se aman, las almas gemelas se reconocen, vienen buscandose desde tiempos inmemorables, pero nada pueden hacer cuando quién más anhelan los daña.
Te entregué mi vida, pero te llevaste mi corazón.
Entregué mi recuerdos al viento para no saborear más tu olor. Quedé sola, pero no faltará jamás quién me reconforte.
Olvido, que sencillo suena, pero que doloroso camino.
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