lunes, 12 de septiembre de 2011

Se engañaba a sí misma


Caminando por el parque sus ojos se cruzaron, él iba saliendo de la estación de metro, se iban a juntar, como muchas otras veces, como tantas veces… Pero esa vez algo cambio en ambos, cada uno por su cuenta se percató.

El pulso de ambos se aceleró, los sonrojos llegaron como nunca antes, pero aquello, para ella no era bueno. Enferma del corazón como estaba, que su corazón galopara de aquella forma no ayudaba. Las dosis subieron, al igual que las conversaciones y visitas. Cada vez se necesitaban más cerca el uno del otro. Cada vez eran más, más y más cercanos.

No se podía permitir aquello.

No era justo para ninguno…

Ella decidió por ambos, parecía como si no le importase nada, pero no era así. Pensó en todo, para él salir adelante iba a ser muy fácil. Para ella, sería lo mejor, su enfermedad no seguiría avanzando…

¿Por qué toman las decisiones equivocadas? Podría haberle contado… Pero entonces él se habría estancado junto a ella, una vida de limitaciones, eso se repetía cada vez que tenía impulsos por decirle la verdad.

Sus razones tenía ella, esas mismas destruyeron el corazón de él. No podría volver a amar nunca más, se lo decía a diario… Lo habían roto de todas las formas posibles, había entregado su corazón, su alma y su vida. Y lo único que había conseguido era entregárselos a la persona equivocada. Ella estaba infeliz, pero sabía que él cuidaría perfectamente de su corazón, él a pesar de todo el enojo y rabia, lo haría. Lo de ellos era verdadero. Atesorarían cada momento, cada palabra, cada pensamiento…

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Nada, nunca será como antes. Cada cosa, cada sensación, empezó ahí.